Una vez finalizado el proceso electoral del 2009 que dio como vencedor a Mauricio Funes y al FMLN, presenté una aventurada nota en la que vaticinaba las posibles candidaturas para las elecciones del 2014. Debo admitir que el ejercicio simplemente incluía a los dos partidos mayoritarios, ARENA y el FMLN. De GANA no teníamos ni la más remota imaginación de su existencia.


Como candidato por el FMLN visualizaba a Sigfrido Reyes como el elegido, por ser la figura más mediática del partido, por tener sobradas credenciales académicas y además un dominio de la oratoria más o menos aceptable. Tenía el perfil. Aunque su punto débil parecía estar en su físico. Situación irrelevante, pero que en política cuenta mucho, especialmente para ser presidenciable. Meses más adelante trascendió que sustituiría a Ciro Cruz Zepeda en la Presidencia de La Asamblea Legislativa y que,sin duda, esa sobre exposición mediática era la ruta natural para su posible candidatura. Incluso hasta parecía tener un asesor de imagen que le había recomendado teñirse el cabello y dar una apariencia más fresca. Pero no fue así. No fue el elegido. El otro candidato por el que apostaba era Oscar Ortiz, por su trabajo en Santa Tecla y por los niveles de aceptación ciudadana y por manejar un discurso aceptable; pero lo descartaba por completo, no por su capacidad sino por los anticuerpos generados con la Comisión Política del FMLN, especialmente por aquel reto en las primarias del 2003 frente a Shafick, que lo alejaban de una posible candidatura. Esa fue para mi una sorpresa, su inclusión en la fórmula y, todavía más sorpresiva, su aceptación a la candidatura de Vicepresidente. Pero la sorpresa, y que en ningún momento había ponderado siquiera, fue la candidatura del profesor Salvador Sanchez Cerén. Aunque era el nuevo Vicepresidente de la República, le daba escaso margen de postulación, tomando en cuenta que la tesis del voto por partido y persona había demostrado, con la victoria de Mauricio Funes en el 2009 y la derrota de Shafick en el 2004, que no era suficiente tener una bandera fuerte y que, para ganar una elección, era necesario complementarla con una imagen electoralmente potable. Y la imagen del profesor, al menos, en esos días, no vendía una candidatura, entre otras razones por ser un ex comandante y la serie de ataques hechos a su candidatura a la Vicepresidencia que parecía ser la parte debil de la formula Funes-Cerén, además de adolecer de un dominio respetable de la oratorio, por momentos hasta torpe . Por eso la sorpresa de su postulación. En esa predicción de candidato fallé completamente.

Por el partido ARENA consideraba, siempre y cuando Norman Quijano ganara en el 2012 la reelección en la Alcaldía de San Salvador, que sería el candidato natural para el 2014. Esa postulación apenas y era contrastada con personajes como Ana Vilma de Escobar y Luis Mario Rodríguez, que habían participado de aquel remedo de primarias en contra del Rodrigo Avila. No obstante, pensaba que esas figuras tendrían una mayor participación y exposición que les permitiera cuanto menos ser valorados. Con Luis Mario Rodríguez fallé completamente; regresó al mundo profesional y académico y prácticamente se borró políticamente. Aunque seguía publicando una columna semanal en un periódico local. Por su parte Ana Vilma de Escobar logró posicionarse en el partido ARENA luego de la dramática escisión de los diputados que formaron el partido GANA y la expulsión del ex Presidente Antonio Saca, y, sorpresivamente, para las elecciones del 2012 fue la figura más votada en El Salvador, posicionándose indiscutiblemente como presidenciable; pero su gran problema se llamaba Norman y no le valió para sobrepasar al reelecto alcalde, a pesar de tener una mejor imagen y una claridad intelectual superior alcalde Quijano. En esta predicción al menos acerté. Quijano es el candidato de ARENA.

El escenario que nadie imaginaba, y que por tanto es inédito en la vida política de post-guerra del país, es la aparición de una tercera opción electoral con posibilidades reales de competir con los dos partidos mayoritarios. Nadie imaginaba la ruptura que tendría la derecha política, a lo sumo se esperaba un reacomodo y renovación del COENA, pero nadie esperaba esa partición y nacimiento de GANA y su “audaz” manera de posicionarse políticamente y ganar cuotas de poder. Eso nadie lo sabía, con excepción, supongamos, de Antonio Saca, actual candidato de GANA y los otros partidos marginales, para acceder a un nuevo periodo presidencial.

De Saca, ateniéndonos a lo que manifestaba Funes acerca de la corrupción y los corruptos , “que no le temblaría el pulso para llevarlos a la cárcel”,  creíamos que era posible, muy posible, vaticinarle un futuro sombrío entre los tribunales, despachos de abogados y la cárcel. Pero en eso también nos equivocamos. En Saca y en Funes.

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