NADA ES COMO AYER

Nos quisimos y ni vos ni yo dudamos. 
No vimos tormentas en la bola de cristal.
Dijiste Sí frente al notario,
yo también
y sonreí en la fotografía
que hoy queremos que no exista,
que se pierda
como en los recuerdos de infancia.

Hubo
como en las grandes historias de amor
intercambio de anillos y sueños
y futuro y besos y esperma.

Esfuerzo inútil
por creer que éramos elegidos
que habíamos resultado electos
de entre las invisibles manos
y caprichos del azar
a vivir fuera de los mortales
para habitar el sublime reino
que para nosotros era el amor.

Alucinaciones propias de drogadictos y poetas
de jóvenes enamorados.

Ah, muchacha
novia,
compañera
esposa
amante,
conocida por siempre
hoy ya nada nos acerca
metamorfosis y reproches nos distancian.
Ya nada es como ayer.
.

Aunque
lo confieso
suelo tener irrefrenables

deseos nocturnos,
de calor en invierno,
de un tiempo de comida

de un beso. 

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