¿Tienes miedo? No te preocupes y no te escondas, te encontrará. Esto es así. Cuando nací ya era así. ¿Quieres un cigarrillo? ¡Ah, no fumas! Lo olvidaba, apenas eres un niño. Te decía: No hay forma de salir, es mejor esperar. Te conviene esperar y aprender a fumar. Te doy un consejo, apuntalo, si quieres, no te hagas de amigos. Es muy mala idea hacerse de amigos especialmente cuando todos estamos por morir. Pero, vamos, no te escondas, yo no quiero ser tu amigo, no me interesa llorarte ni que llores por mí. Simplemente quiero que me escuches. Algún día te darás cuenta como duele hablar sin nadie. Uno a veces cree tener ideas claras de lo que en verdad pasa en este lugar. ¿Y sabes qué? termina pasando. Todo se olvida. El otro día me senté a escribir todos esos gritos que venían desde los pensamientos y hasta me creció la barba y el pelo y las uñas y hasta tuve que hacer una pasantía en el hospital siquiatrico, pero cuando quise leer lo escrito sentí una vergüenza profunda y terminé rompiendo todo. Ya no recuerdo que fue lo que escribí. En confianza, si lo recuerdo, pero no quisiera recordarlo. No sé, ¿sabes a qué me refiero? No, cómo vas a saberlo, si apenas y caminas, apenas y entiendes. Descubrí la verdad de todo. Descubrí por qué todos tienen miedo. Descubrí por qué todos no tienen el valor de verle en el rostro. No sé si te estoy aburriendo. Permite, sacaré otro cigarrillo. Hoy ya no tengo vergüenza pero tampoco ya no escribo. Prefiero salir la calle y buscar a alguien que me escuche. Tú, apostaría mi vida que así lo harás, también saldrás a buscar con quien charlar. No hacerlo puede, de plano, dejarte residiendo en un manicomio. Aunque la vida allí no es tan mala. Yo estuve por cinco años haciendo la pasantía que te contaba. Todos los doctores pensaban que estaba loco, excepto yo. Yo me dediqué a encontrar el origen del miedo. Y lo encontré. Pero como te decía, terminé por botar a la basura todo lo escrito. Vamos, deja ya de esconderte que no podrás hacer nada para detener las voces. Puedes intentarlo. Yo no te lo recomiendo. Si quieres, busca una novia y luego te casas y tienes una familia y celebra cumpleaños y paga una hipoteca y te compras un reloj. Puedes hacerlo. Al final la mayoría lo hace pero no vas escapar nunca de las voces. Ah, mira, ya vienen por mí y no me he terminado el cigarrillo. Es hora de marcharme. Nos vemos hasta nunca. Chao.

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